Tan frío
ave que repta y viene a mi nido
de noche
llega, me pide cobijo
me roba mi sexo
lo cata y me lo arranca
pero nunca hace un contacto sincero
me coge con dolo
porque es tan mezquino y no se da
y yo sí me di

oportunidades....

Siento como intenta saciar un viejo vacío
suyo
su yo
en mí
en mi... cuerpo
quisiera atravesarme para lograr sentirse completo
pero aquello no se le concede
se traba y entonces ya sólo quiere correrse.

Mis tetas
ésas que nunca toca
mi espalda ya no se acuerda de sus manos
esto se ha vuelto un duelo cruel entre mi culo y Él
me han dejado de lado
se han bebido toda la fiesta.


Septiembre se acabó
siempre será nuestro.

Su ombligo del tamaño del mundo
su ego agoniza
demasiado estéril como para involucrarse conmigo.

Lápiz labial sabor fresa...recuerdo que lo odias y trato de desvanecerlo. Me tiembla la pierna izquierda. Un chicle... que sean dos.

Bebo un poco de agua, un par de fumadas. Hago un playlist "casual". Trato de imaginarme si lo haremos lento o muy rápido. Sigo con el ritual. Mi intuición dice que rápido, entonces programo a DNA. Me miro al espejo, es la séptima vez que repito esta acción. Meto el abdomen, reacomodo la greña. Miro el reloj en la pantalla de mi teléfono celular.

Me pregunto si será demasiado evidente que me perfumé para ti. Abro las ventanas. Casual.. casual...
Más agua, un poco de hierba. ¿Me veo gorda? ¡Zaz!  ¡Brinco!

El timbre...
Uno... dos, que suene una más. Tiembla ahora la derecha.

-Que hay.
-Te veo abajo...

Más agua, ansiedad...  las llaves.

(Se abre el elevador)

¡Los ojos!, me miras. Bajo la mirada, no lo m i r e s, pestañeo. Tus zapatos...  demasiado limpios.
Quiero comerte ya, ahora, en este preciso segundo. Tendré que chutarme tus aventuras, esperar a que te emborraches y puedas finalmente con un poco de valor etílico, besarme.

No. Mejor te beso ya. Straight to heaven.

Siempre he sentido atracción hacia los tipos feos
bestiales, chacales, brutos, toscos, broncos.
Esa primitividad y salvajismo es algo que realmente me funciona
porque soy un animal.
Ese rito milenario de hombres golpeándose unos a otros
brincar
gritar y sobretodo escupir


slam

Ahí estaba, 1.90, ojos rasgados, jeans, saco negro sin camisa
su abdomen asiático perfectamente cuadriculado.

Su cabello esponjado, falso rubio como hojuelas de maíz.

Gritando, agitándose, chocando contra los demás zombies
marcando territorio, explotando, faroleando
muñeco de trapo.


Mi caballero del zodiaco neo punk
él y no otro.

Salí de ahí, más cerveza
2 kilómetros hasta el subterráneo
unos besos en un rincón de la calle de nadie.

El barandal del metro me salpica de vomito caliente
sigo avanzando (un zapato!) doy la vuelta y ahí estaba él.
Mi caballero del zodiaco, vomitado, navajeado,
escupiendo ira y frágiles maldiciones

tan débil
tan rubio

La ley del más fuerte
en esa gran pelea de gallos
él
mi hombre de mundo
había sido perforado...

9/04/08

Una mujer usa tacones,
se pinta los labios de rojo.


A partir de ése momento, ha quedado totalmente corrompida.
Para siempre.





31/03/08

Me gusta el sexo con filósofos; cogen rico porque son existencialistas y se les va la vida en cada revolcón. Logran llegar al "aquí y ahora."

El último me tenía encadenada a sus tobillos, yo vivía para satisfacerlo. Exquisitos 7 meses. Lo único que me ayudó a no convertirme en carne de suicidio de nuevo, era sentir como me utilizaba, siempre quise ser buena en algo. Creo que lo logré.

Él era la manera más rápida y eficaz que usaba para auto destruirme. Enredaba mis tripas hablando de revoluciones, sus manos me trepaban ágilmente mientras me paseaba por su nido durante días, perdiendo el control.

Ambos lo perdíamos.

El jamás lo recuperó. Todo terminó cuando su mano izquierda sostuvo mi cuello durante 2 minutos. I N T E N S A M E N T E.
-demente-

Lo volvía loco que no negara mi naturaleza, ni la suya. Realmente amé su bestialidad. Pero la sangre no combina con el alcohol. -no en mi caso- Mucho menos con los intentos de sobriedad que semana tras semana se imponía.

Una orden de alejamiento. Y la idea del sexo era brutal.

Voilá

Aquiles la había dejado ir. Pero creía que tarde o temprano ella volvería a ser su pequeña perra. Se enredaba entre sábanas, y se volvía loco masturbandose y acostandose con mujeres que le hicieran referencia a Greta. Una lista inmensa de mujeres con el cabello largo y oscuro, caderas estrechas y labios carnosos flotaba junto a su telefono. Nunca hubo una tan sumisa como Greta, nunca ninguna se pareció lo suficiente, nadie gritaba como ella.

Greta notó la manera en que el poder de su lollipop perdía fuerza. La cosa era que si ella devoraba su tutsi pop, los hombres se cachonedeaban , pero si Aquiles también estaba chupando una, el efecto de seduccion disminuía ya que los hombres al verla, lo observaban también a el, y les parecía menos sensual el hecho de verlos a ambos lamiendo sus respectivas pequeñas bolas rojas. Se anulaba por completo el erotismo en ella y su paleta. A ellos les parecía grotesco ver como él la devoraba también.

Ella se la comía toda como una diosa.

Aquiles le lloró unos días. Después de lamerse sus heridas, se la sacudió y fué en busca de alguna otra mujerzuela que estuviera dispuesta a alimentarlo, abrir las piernas cuando él quisiera y ¿porqué no? hacerlo reír de vez en cuando. Aquiles sabía que tenía el mundo a sus pies. Greta nunca más estaría a los pies de un hombre, mucho menos si se llamaba Aquiles.

Aquí estaba Greta, desnuda y pálida, lista para deconstruirse, lista para matarlo, vomitarlo y enterrarlo.

Era cuestión de pintarse los labios una vez más. En cuanto aplicaba lipstick sobre aquellos carnosos labios, había superado a ese hombre y estaba lista para el que seguía.

"El punto de encuentro de los amantes es el delirio de desgarrar y ser desgarrado. Ninguna comunicación es más violenta".
- Georges Bataille -



Fue hace 4 días cuando me violó en la azotea de su casa alrededor de las 3 a.m. El traía puesto un pasamontañas y mientras me encerraba en una jaula para tender la ropa me penetró como si quisiera que brotara su semen de mi garganta. La noche estaba llena de relámpagos.

Fausto era 20 años mayor que yo, y olía bien, cosa que me disgustaba ligeramente, Fausto no era su nombre real. Nunca pude pronunciar su nombre, era demasiado hippie. Se había tatuado una sierra eléctrica encima de la cicatriz más grande de todo su cuerpo, había sobrevivido múltiples batallas, peleas callejeras, break hearts y todo tipo de hazañas anti heroicas. Era un warrior de verdad. Tenía las vidas de mil gatos.

Nos conocimos en un tugurio de Garibaldi un domingo no triste. Encendió un cigarrillo y le pedí que me regalara unas fumadas. Al hacerlo me exigió que lo mojara. Le dije que estaba demasiado encocada y mariguana como para tener saliva. Entonces él repitió la orden, y yo de inmediato entendí a que se refería. Me dirigí al baño de féminas y haciendo muy bien mi tarea
me introduje el cigarrillo en la vagina. Lo humedecí, regrese y se lo planté en la boca.
Creo que eso fue amor a primera vista.

Nos besamos en el Tokio Rose y peleamos un poco. En su casa escuchamos a The exploited y brincamos drogados de un balcón. Lograba mantenerme en estado de alerta constante, ese hombre respiraba peligro. Sus sábanas y las mías sudaban nuestros fetiches realizados: cera caliente , rosarios introducidos, humillación y placer caligulesco. Por fortuna las camas jamás contarán las historias de las cuales han sido participes. Fausto me abría la entrada a los placeres mas perversos. Había un campo magnético entre nosotros. Ayer mientras sonaba su despertador me asfixió.