Electrones, neutrones, átomos. ciento dos elementos químicos puros, 1.35 x 10 (a la 18va) toneladas de mar, dos polos y cinco continentes. La Vía Láctea; cien mil millones de galaxias: el Universo. Sólo polvo comprendido en la ley de lo que no se crea y que únicamente se transforma. Reciclaje. Repetición. Polvo. Traición al deseo más puro del hedonismo. Y he aquí una mujer frente a un hombre, entre ese Todo y la Nada.

 Una noche me busco para ir por algunos tragos, veintiún años, me pareció una salida casual, sensación agradable.
Fuimos a la dos naciones, jijiji, jojojo.  Bailamos salsa, y valió verga.

Terminé chupándosela en pleno barrio a las cuatro a-eme. En una callesucha camino a mi casa.
Habrá sido la salsa o habrá sido su aire cargado de rabia juvenil, ese niño tenía la fuerza de mil caballos y el vigor de los veintiún años.
Mi nuevo hèroe.

Pasamos màs un mes con visitas frecuentes y eficientes.
Free as the wind. Caminar muy noche, muchas noches.

Disfruté los tiempos de abundancia, pero si llegó ese punto en el que el sexo se vuelve peligroso
 y ocurren miradas intensas a los ojos y me resulta imposible hacerme pendeja.

Eso de que nadie se involucra es una falsedad tremenda. Por lo menos durante estos segundos.
El cuento del que baila solo.

 Él siguió llamándome, me ofreccía noches de drogas y cantinas, Durmió dos noches fuera de casa. Gritando mi nombre.
Yo me conseguí un superhéroe.



Para y por Leslie Aldana.

Sonaba por quinta vez White Rabbit. Estaba obsesionada con la idea de escuchar esa canciòn mientras nos besàbamos. Al fin lo habìa logrado y agradecì que algùn geek romàntico hubiera inventado el replay.

Ojalà existiera un replay button para la vida.

Eran cerca de las 3 a.m y la montaña rusa del àcido que traìamos encima nos habìa dejado arriba por màs de dos horas. Siempre quise alguien con quièn tirarme en una alfombra, consumir gotas y poner disco tras disco.- time elapse- Claro que los besos de Gastòn eran un plus insuperable.

Era mi vecino y eso significaba sexo a domicilio. No importaba la hora, ni el dìa, era cuestiòn de hacer una señal y en minutos èl estaba aquì, o yo estaba allà. No habìa necesidad de llegar al denominado coito, No habìa. Estar con èl era en sì una experiencia multiorgàsmica.

La ventana de su cuarto daba a la ventana de mi cocina, nos conocimos un dìa mientras el fumaba hierba en su balcòn y yo le gritè que querìa un poco. En cuatro minutos èsos ocho metros que nos separaban desaparecieron para siempre. En algunas ocasiones apagaba todas las luces de mi casa y lo espiaba, en otras, lo seducìa desde mi cocina usando solo un delantal.

Despuès del sèptimo replay su casi infinita paciencia se habìa agotado y prefiriò poner algo de Clair Obscur. Esas gotas eran potentes. Dibujamos, nos dibujamos y terminamos pintàndonos el cuerpo; algunos tatuajes naif y otras verdaderas obras de arte, de èsas que salen cuando estas conectado con el universo y sobretodo con las drogas.

Tenìa esa fantasìa de llevarme desnuda a la azotea de su edificio en el octavo piso, y obligarme a bailar mientras èl fumaba y me observaba. No permitiò que me vistiera hasta que bailè sin sentir vergûenza. No estàbamos enamorados, pero estuvimos a punto ese dìa.

En una ocasiòn resolvì un estùpido test y èsta pregunta girò en mi cabeza durante algunos dìas:

¿Còmo te gustan los hombres?
a) Simpàticos y sencillos
b)Varoniles y algo brutos
c)Mayores que yo y con dinero
d)Intelectuales y un poco tìmidos
e) Salvajes y drogadictos
f) Sexys e inteligentes
g) Con un gran miembro y sentido del humor

Concluì que me gustaban todos esos arquetipos, concluì tambièn que Gastòn tenìa "todas las anteriores" y creo que por eso decidì que no iba a enamorarme, un hombre asì podìa hacer que cualquier chica se volara la tapa de los sesos. Estar con èl era como conocer al pròximo amor de tu vida. Pocos hombres reùnen tantas cualidades.

Sabìa que los primeros seis meses que se viven de enamoramiento intenso en cualquier relaciòn estando con èl durarìan 15 años. El maldito jugaba y eso me enloquecìa. No se tomaba la vida muy en serio, era imposible enojarse con èl, era un niño fràgil muy adorable y un hombre fuerte, muy fuerte.

Hace cuatro meses conociò a una colombiana tan guapa como celosa, ella puso unas cortinas pesadas en la ventana de su cuarto para separarnos. -Ah las novias tercas que no comprenden que nadie es de nadie-. Pero a veces Gastòn se brincaba al balcòn y la arremedaba mientras èsas cortinas le servìan de telòn y de escòndite.

"El futuro amor de mi vida" se cayò de èse sèptimo piso hace dos semanas mientras se perdìa en un "k hole", como el nùmero siete es de bonafortuna no se muriò, pero perdiò la memoria, no sabe quièn soy, tampoco sabe quièn es la colombiana guapa y celosa. Y yo tambièn prefiero no saber -ya- quièn era èl para mì.

Gastòn tenìa ese algo que no se aprende en ningun blog, que no se compra en tiendas departamentales, que no se adquiere por òsmosis, èse algo que para mì es vital en un hombre, tenìa buen gusto.