Downtown shadow



All the boys go wild with the bongo chill
Chase the girls around for a bongo thrill




Lo que más disfrutaba hacer con el gallo era caminar por el centro, caminar bien borrachos de cantina en cantina. Buscando caras y luego esquivando las miradas. Nos gustaba caminar abrazados en las madrugadas primaverales, cuando nos habíamos aniquilado el calor con millones de cervezas.Lo que más recuerdo es cuando gallo tapaba el sol con una corcholata
y todo estaba bien, siempre estaría bien.

Escupíamos mucho y solíamos atravesar calles amedrentadas, obstaculizadas por las vías de algún tren fantasma.Nuestro deporte favorito era fajar en los callejones con sus respectivas esquinas perdidas, en las que los ladrillos salidos agujereaban aún más mis camisetas de Wallmart 2 x 1.

A veces algún albañil nos observaba y le guiñaba el ojo al gallo, un gesto muy de machos.
Entonces yo le mostraba las tetas, le lanzaba mis calzones y simplemente seguíamos en busca de una cantina más. Una nueva donde nadie nos notara cuando saliéramos sin pagar. Seríamos una cara más. Solo una cara. Masas de rasgos, gestos, arrugas, carne, músculos, huesos asimétricos, piel doblada. Un rostro afilado o chato. Éramos solo caras en la memoria de nadie. Sombras vagabundas, ebrias de pasiones, sin calzones.


Para la serie moscasmuertas.com