Cindy pensaba que la cistitis se sentía como si se fuera a venir y no pudiera. Lo pensaba mientras esperaba el efecto preciso de la hierba, ésos segundos en los que se daba cuenta si la dósis había sido baja o no.

Si ese día Cindy hubiera salido 5 minutos antes se habría encontrado al punketo de su edificio
habrían coqueteado; una chela, tal vez dos, y a la cama. Pero cindy necesitaba un último jalón.
Así que no se lo encontró.

Ramos sabía que Cindy era una perra, sabía que se follaría al edificio entero si pudiera,
sabía de hecho que probablemente ya se lo había follado. Pero al final del día, él era EL PAPÁ
el campeón, el que la hacía gritar, y después la haría tallarle la esplada como se debe.

Arrojo la colilla de su marlboro rojo hacia las pantuflas rosas de Cindy
Más whiskey con agua. Mientras lo bebía Ramos noto una pequeña caja de zapatos pintada a mano debajo de la cama. No se inmutó. Siguió bebiendo hasta que la curiosidad 3 minutos más tarde lo haría mover ese culo gordo y peludo para alcanzar la caja.

Sujetó la caja , y al abrirla encontró envolturas de chocolates, celosamente guardadas, dobladas, casi un hito de origami. ¡Cindy era una artista! Con sus gordos y torpes dedos Ramos intento abrir las envolturas, consiguiendo además de rasgarlas, leer: si el amor no es locura, no es amor. Calderón de la Barca

Mientras Ramos intentaba volver a doblar la envoltura sonaba Burnin´ Hell de Lee Hooker, Ramos no podía dejar de pensar en la manera en que Cindy meneaba el coño como nadie, Ramos sabía que el acné juvenil solo podía significar algo . Una mujer hyper hormonal.
Por lo tanto "hyper-caliente", vamos una ninfómana.

Había 5 envolturas más con pendejadas escritas, fotos del vecino punketo manchadas de lapiz labial, como si se tratara de un beso como sello. Besos de cindy. Ramos se rió un poco, no podía creer que su pequeña puta fuera a enamorarse de su cogida vespertina de los jueves.

Ramos cerró la caja de zapatos y después de otro whiskey y varias cervezas más, se puso a buscar otra caja, una caja que se tratara de él. Encontró unas viejas revistas porno, algunos discos quebrados, las cartas de los primeros novios de Cindy, fotos, algunas rídiculas envolturas más y nada, él no era parte del guion sentimental de Cindy.

Ramos se sintió triste. Se había ido la luz.