Supongo que comenzaré contando cómo fue que llegue a ese horrible puerto.
Tenía 17 años y mis nalgas aún no estaban tan manoseadas. Era verano, estaba harta de la ciudad y algunas amigas querían ir a un rave muy "ghetto" en esa costa asquerosa. Empaque las faldas mas cortas que tenía, otras las desgarre, traje de baño, protector solar 2 cajas de condones y estaba lista para el rave costeño. Flor de asfalto goes to the beach.
Los primeros días estuvieron bastante divertidos, consumí LSD en grandes cantidades por primera vez. Tuve orgasmos cada vez que los 102 gatos de Cheshire que habitaban en mi mente maullaban. Estuve volando casi 4 días sin parar. Morí, reviví, me desnudé en el rave, hice el amor con la arena y reí durante días.
Cabe mencionar que aparte de ser un lugar horrible, no había ni un hombre a quién lanzarle el bikini kill.
La última tarde que pase ahí antes de volver a la ciudad, después de nadar durante horas en el mar y fumar mucha mariguana, Valeria y yo fuimos a un bar y probamos unas deliciosas "mamadas". Que resultaron ser unas bebidas tremendas de un litro, mezcla de rones, tequilas, vodkas y aguas locas. Esas mamadas me mandaron a la verga en 20 minutos, había bebido 2 litros de alcoholes duros y por ende yo ya estaba trepada en la mesa del bar, subiéndome la minifalda hasta la espalda y zangoloteando mi pelvis cual perra en brama.
Valeria también estaba caliente y no dudo en marcarle al Chivo. Su ligue de costa, su amor de verano.
El Chivo llego en 10 minutos con un amigo gris, ni siquiera recuerdo su nombre. Lo llamaré Culerodemar. No tardaron en invitarnos unas mamaditas más, y nosotras tratando de no perder el estilo nos tomamos otro litro. En menos de 30 minutos yo me encontraba en estado jerga; sudando alcohol, mi boca escurriendo por los gruesos labios de Valeria que me besaba como si fuera a comerse mi lengua, todo para ponerle bien tiesa la verga al chivo. Estaba actuando un numerito lésbico mientras yo apenas podía mantener abiertos los ojos y cerradas las piernas.
Entre abro los ojos y me encuentro desnuda tendida sobre una cama de pulgas, con sabanas color beige, oigo a lo lejos unos gemidos y en cuanto logro abrir bien los ojos, observo a una rubia tetona con falos en los 3 orificios principales del cuerpo, exclamando yes!, yes!. La observo en el canal porno del hotelucho en el que estaba secuestrada. Reaccione lentamente, me dolía el cuerpo, me vestí en chinga, y busque condones por todo el asqueroso cuartucho color azul cielo lleno de humedad. No hallé ninguno. Noté ropa tirada junto a la cama, sentí una repulsión asquerosa al recordar la cara del sujeto que la traía puesta.
Se estaba bañando.
El muy cerdo estaba quitándose del cuerpo mis humores, mi calor. La culpa.
Ese culerodemar desgraciado hijo de puta me había montado sin yo haberlo querido.
Lo único que ahora recuerdo de él es su cabello largo atado en una cola de caballo tratando de parecer "rockero de onda"
Mientras reaccionaba ante la podrida situación, unos golpes en la puerta me sacaron del shock, y solo escuché a Valeria con miedo entre palabras preguntar;¿Están bien? , ¡ya vámonos!, esta amaneciendo y nuestro avión sale en 2 horas.
Muy valiente después de su revolcada olímpica con el chivo, al fin se dignaba a buscarme, yo abrí la puerta con la peor cara que pude, no exclamé palabra alguna en todo el camino. Su auto estaba estrellado, mi privacidad también.
Nuestra amistad había terminado mientras el amigo del chivo practicaba necrofilia conmigo.
Mi intimidad había sido ultrajada. Empaque mi bikini, mis recuerditos del jodido puerto y tome el avión. Nunca supe como estrellaron el auto, si yo me encontraba adentro, como llegamos al hotel, cuál era el nombre del culerodemar, ni cómo se preparan esas famosas mamadas.
Al desempacar lo primero que vi en la maleta fueron los paquetes de condones y me solté a chillar como perra en brama.
Aborresco los puertos industriales desde entonces.